¿Son estas las razones que te hacen no dar el paso?

Todos sabemos que tomar la decisión de dejar todo lo que nos es conocido para emprender una aventura en el extranjero es un momento ya de por si complicado y que, en muchos casos, hay factores que hacen que esta decisión sea todavía más difícil.

Hoy os quiero acercar algunas de las razones por las que quizás no estéis dando el paso todavía, para que veáis que muchas de ellas son comunes y, sobre todo, muy normales.

ES DEMASIADO DINERO

Esta la pongo la primera porque quizás es la que menos os ocurra si vuestra idea es marcharos de au pair, por ejemplo. Como ya sabéis, la opción de marcharse de au pair es la más económica ya que, aparte de que os iréis por un módico precio, durante vuestra estancia como au pair cobraréis un sueldo. Este miedo no debería preocuparos porque, a pesar de que el sueldo quizás no os da para ahorrar, tampoco os llevará a tener que tocar esos ahorros que tenéis en la cuenta. Si, en cambio, queréis vivir en el extranjero con cualquier otro programa que no sea el de au pair, tenéis que tomároslo como una inversión de futuro. Os aseguro que ganaréis más invirtiendo ese dinero en vivir en el extranjero que engordando las arcas de cualquier universidad. Creedme

NO QUIERO PERDER EL CONTACTO CON LA GENTE DE AQUÍ NI PERDERME COSAS

Empezamos ya con los miedos personales, esos que nos atormentan por dentro y que muchas veces no queremos reconocer ni siquiera a nosotros mismos.

Muchas personas no quieren dar el paso de vivir en el extranjero porque sienten que se perderán muchas de las cosas que pasen en su llamada “zona de confort” y sí, no os voy a engañar, se perderán muchísimas cosas. Lo que estas personas no valoran es que se perderán acontecimientos y cosas aquí, pero ganarán otros tantos en su nuevo destino. Además, si seguís manteniendo el contacto de manera regular, estoy segura de que vuestros familiares y amigos os incluirán en muchas de las cosas importantes que les pasen. También pensad que, para ellos, no hay mejor oportunidad para viajar que tener un amigo viviendo en el extranjero (y así no pagar alojamiento, ya sabéis…). Así que probablemente, más allá de perder el contacto, os uniréis más

Charlando con la familia

Os hablo ahora desde mi perspectiva personal y os diré que durante el tiempo que pasé fuera, no sólo no perdí el contacto con las personas que se quedaban en casa, sino que estreché más las relaciones. A parte, gané una segunda familia en Inglaterra que, a día de hoy, sigo viendo y queriendo igual que el primer día.

¿PERO TE HAS VUELTO LOCO? ¿QUÉ VAMOS A HACER SIN TI?

Has leído esta frase con el tono de voz de tu madre o de tu padre, ¿verdad? Tranquilo, es lo más normal. Supongo que cuando todos seamos padres, lo entenderemos, pero de momento, como no lo somos, nos cuesta entender esta reacción. Es normal que tus padres se preocupen porque vas a tomar una decisión así. Seguramente porque, para ellos, será muy lejos (aunque te vayas a Europa) y también, será durante mucho tiempo. No te voy a engañar: te vayas a Estados Unidos durante un año o te vayas a Inglaterra durante unos meses, no vas a volver tantas veces como crees ahora. Mucha gente, cuando pide información para marcharse, en este caso de au pair, a cualquier destino, me pregunta siempre lo mismo: ¿podré volver algún fin de semana? Para muchos la respuesta es no; para otros, la respuesta es sí. ¿La realidad? No volveréis. Y no será porque no tengáis ganas de ver a vuestra gente (que quizás también es por eso), sino porque cuando os queráis dar cuenta, tendréis vuestra vida montada allí y vuestros nuevos amigos serán vuestros amigos y vuestra nueva familia será vuestra familia. Lo cual quiere decir que los planes de fin de semana, los haréis con ellos y a la mínima que tengáis algún día libre, intentaréis aprovecharlo para viajar por el país y hacer cosas, no para pasároslo en un aeropuerto de camino a casa. A vuestros familiares les costará, pero como a todo en esta vida, el ser humano se acostumbra, aprenderán a hacer su vida y su rutina y serán felices sabiendo que tú eres feliz estés donde estés.

VOY A ESTAR HOMESICK

Sí, seguramente haya momentos en tu estancia en que lo estés. Sobre todo en momentos puntuales: cumpleaños de familiares, navidades… ¡y poco más! Estar homesick es simplemente echar de menos estar en casa, con los tuyos. Es normal que durante las primeras semanas sientas esa sensación y te persigan por la mente ideas como “madre mía, ¡¿quién me mandaría a mí venirme a la otra punta del mundo?!” o “¿y todavía me queda todo por delante? ¡Yo no aguanto!”. Es normal que te pasen esos pensamientos por la cabeza, porque las primeras semanas se hacen un poco duras. Por suerte, vivimos en la era tecnológica y, para cuando te sientas así, siempre tienes la posibilidad de hacer un Skype, un audio de Whatsapp o una videollamada con quien quieras o necesites, para que esos ratitos se pasen mejor. Sin embargo, tengo una recomendación para ti: si estos momentos te invaden muy mucho, no sucumbas a la tentación de cerrar la puerta de tu habitación, quemar el móvil a Whatsapps y reventar el ordenador a Skypes porque sólo conseguirás que tu homsickness vaya a más. Lo que deberías hacer sería salir, darte un paseo e intentar conocer a gente nueva. Ponerse metas diarias ayuda mucho a tener algo hacia lo que aspirar y conseguir.

Como veréis, estoy segura de que alguna de estas preocupaciones os ha rondado la cabeza o, incluso, alguna de ellas es la que os está edificando la barrera, ladrillo a ladrillo, que os impide tomar una decisión que, creedme, sólo será positiva para vuestra vida. Si es así, tranquilos. Estamos aquí para que nos contéis vuestras preocupaciones, para disipar las dudas y para poneros en contacto con personas que estaban en la misma situación que vosotros pero que no sucumbieron al miedo y a la agonía y que ahora están viviendo la mejor experiencia de sus vidas.

¡Ánimos, que la vida sólo es una y ya tenemos bastantes barreras como para ponernos más nosotros mismos!