Graduarse o acabar el curso escolar es una meta fija durante muchos años de nuestra vida. Primero, es algo obligatorio (Educación Primaria y Secundaria) y después se convierte en algo opcional, que muchos jóvenes eligen. ¿Qué pasa cuando alcanzamos la meta?
Fase de “lo tengo todo controlado”
Tener un objetivo fijo y con continuidad durante tanto tiempo hace que nos acostumbremos a tener los planes hechos. Acabas un curso escolar y sabes que después viene el siguiente, y el siguiente y el siguiente. Y cuando llegas al final ¿qué te toca? Normalmente tienes claros tus planes hasta acabar el bachillerato o un grado universitario. Vas pensando ideas y haciendo planes futuros. Planes que cuando llega el momento ya no te parecen tan geniales.
Fase de “y ahora, ¿qué?”
Acabada la escuela o la universidad, quieres organizar tu futuro. Seguir estudiando, viajar, trabajar, y muchas más opciones. Tantas opciones que se te escapan de las manos. Y empiezas a sentir que esta etapa será distinta a como la habías imaginado. Pensabas que con tu súper grado universitario llegarías muy lejos y te encuentras que como tú hay 200 personas más de tu misma promoción. Y más de otras universidades, y de otras ciudades. Y poca oferta de trabajo y mucha demanda.
Fase de “calma, que algo saldrá”
Ante este panorama, que probablemente ves como un panorama desolador, es fácil que tus ánimos decaigan y empieces a agobiarte. Las opciones que antes contemplabas te irán sabiendo a poco o bien las verás inaccesibles. Es fácil caer en el espiral de ir esperando a que salga algo, buscar desde casa, sentada en el sofá…
Fase de “bueno, ya basta, quiero cambiar esta situación”
Hasta que llegará el día en el que te darás cuenta que tienes que hacer algo. Algo para diferenciarte, para darle vidilla a tu currículum y a tu vida. Eres joven, vital, y tienes ganas de vivir la vida, no de meterte en un trabajo donde te exploten y no te dejen respirar. ¿Qué tienes que hacer? Pues precisamente eso: vivir. Explorar, aventurarte, experimentar con cosas distintas, buscar algo que te haga salir de tu burbuja de comodidad.
Fase de “quiero hacer algo diferente, pero ¿qué?”
Una vez has tomado la decisión de dar un giro a tu vida y cambiar, tienes que escoger qué quieres hacer. Esta tarea no es fácil. Lo bueno de la juventud son las ganas de probar cosas nuevas, las pocas ataduras que tienes y, básicamente, la libertad. Viajar, conocer y empaparte del maravilloso mundo en el que vivimos es la mejor formación que podrás obtener. Adquirir experiencias que recuerdes siempre y que vas a querer contar a tus hijos y nietos. Visitar sitios a los que no volverías jamás y, en cambio, encontrar otros sitios de los que te vas a acordar siempre. Gente que se quedará en tu vida y gente que se irá, pero gente de la cual aprenderás muchas cosas.
Fase de “sé lo que quiero, ¿cómo lo hago?”
Decides salir y ver mundo, así que explora todos los caminos que se adecúen a tu personalidad, a tus necesidades y a tus intereses. Puedes viajar por placer, hacer un voluntariado en el extranjero o bien. Según el destino que elijas y lo que quieras hacer, deberás organizarte bien (ruta, equipaje, certificados, visados, etc.). Tranquila, no te agobies. Piensa que actualmente tenemos fácil acceso a la información, y además puedes contemplar la posibilidad de pedir ayuda profesional. Verás que son muchas las agencias que, como Au Pair First, se dedican a ayudar a la gente joven que, como tú, quiere salir al extranjero y vivir una gran aventura.
Ve a por ello
Da el paso definitivo y ponte en contacto con nosotras para que podamos ayudarte a cumplir tu sueño. Imagina lo que quieres y déjate aconsejar por alguien con experiencia, que conoce el destino por el cual te quieres mover y que te pueda servir de apoyo durante tu camino. Queremos ayudarte a conseguirlo.