¿Has escuchado alguna vez las frases “a las au pairs las tratan como chicas de la limpieza”, “siempre te llevan a sus viajes pero para que trabajes”, entre otras? Hay muchos mitos sobre el programa au pair y estos son los que te hacen dudar a la hora de decidir empezar el programa o no.
En este blog vamos a desmentir algunos de los mitos más comunes y a contar la realidad de lo que implica convivir con una familia anfitriona.
Mito 1: “Seré tratada como la chica de la limpieza”
Realidad: una familia anfitriona busca a una au pair, no a una trabajadora de casa. Tu papel principal es el de cuidado de niños y la realización de tareas que estén relacionadas con ellos, como por ejemplo hacer su colada. Sí, tendrás responsabilidades, pero siempre debe existir un acuerdo claro sobre cuáles van a ser tus tareas y horarios. La base es la comunicación y si en algún momento ves que no se te trata como una au pair, decirlo.

Mito 2: “La relación será igual que con mi propia familia”
Realidad: Aunque la idea es sentirte parte de la familia, hay que recordar que cada casa tiene su propio estilo de vida y costumbres. Al principio es normal sentir cierta distancia. Con el tiempo, y teniendo una buena comunicación, se puede llegar a construir una relación cercana y de confianza, aunque nunca será igual a la que tienes con tu familia. Muchas de nuestras au pairs siguen manteniendo contacto con su host family incluso 10 años después de haber acabado el programa.
Mito 3: “No tendré privacidad”
Realidad: Como au pair tendrás tu propia habitación y muy probablemente tu propio cuarto de baño. Es verdad que compartirás espacios comunes pero las familias deben respetar tu intimidad y tiempo libre. Aprender a marcar límites sanos y a comunicar tus necesidades es la clave para mantener el equilibrio entre ambos.
Mito 4: “Siempre habrá choques culturales”
Realidad: Sí, habrá diferencias culturales, es normal, pero eso no significa conflictos permanentes. Al contrario, es una de las mayores ventajas de ser au pair, el poder compartir culturas. Lo importante es mantener una mente abierta, preguntar cuando algo no se entiende y tener paciencia en la adaptación. Muchas veces, esos contrastes se convierten en aprendizajes y anécdotas divertidas.

Mito 5: “No tendré tiempo para mí”
Realidad: El programa incluye días libres y vacaciones, los cuales tendrás que acordar con la familia. Ese tiempo libre es un momento perfecto para conocer nuevas personas, explorar la ciudad y disfrutar de tu independencia. Aunque vivas con la host family, tu experiencia no se limita solo a convivir con ellos en casa, sino a poder, de alguna manera, crear tu propia vida en otro país.
Algunos consejos…
- Habla abiertamente desde el inicio sobre expectativas y normas de la casa.
- Sé flexible y adapta tu rutina a la dinámica familiar
- Recuerda que la comunicación constante evita malentendidos
- Muestra interés por la cultura local, pero comparte la tuya también.
Vivir con una host family como au pair no es ni un cuento de hadas perfecto ni una experiencia negativa que no se pueda evitar. La realidad es una convivencia basada en el intercambio cultural, comunicación y respeto mutuo. Al final, la mayoría de au pairs descubren que la host family se convierte en un hogar lejos de casa y en un vínculo que puede durar toda la vida. Si tienes alguna duda siempre puedes hablar con ex au pairs para saber la realidad y animarte a vivir esta aventura.